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viernes, 4 de octubre de 2013

Pescadito frito andaluz

En Andalucía y sobre todo en sus ciudades de costa hacer pescaíto frito es todo un arte. La fritura andaluza es popular en toda España y su olor es hipnotizante.

No pienso mojarme diciendo de donde es la mejor receta de pescaito frito, además de que me faltarían argumentos y seguramente me equivocaría.

Cadiz, Huelva, Malaga, Almería... en todas esas provincias vamos a poder comer unos pescaditos fritos que están de muerte. Pero... ¿Dónde está el secreto? ¿Hay alguna técnica especial? Con riesgo de quedarme corto y de no dejar contentos a todos, voy a tirarme a la piscina y daros un par de consejos a la hora de preparar el pescaito frito

pescaito frito fritura andaluza de pescado


fritura andaluza


El Pescado

El pescado puede ser de muy diferente. Cuando nos sirven una fritura de pescadito por lo general son de diferentes tipos. Podemos encontrar el clásico boquerón, bacaladillas, salmonetes, sardinillas y pescaditos pequeños en general. Pero también podemos encontrar jureles, congrio, calamares, chopitos, sepia, chipirones, gambas... 
Cuando el pescado es pequeño no hace falta limpiarlo, se pueden cocinar tal cual. Pero cuando ya son del tamaño de un boquerón, lo ideal es quitarles las tripas y limpiarlos bien bajo el agua. Cuando vayas a comprarlos pregúntale al pescader@, él te va a consejar bien. Ahora viene una de las contradicciones y dilemas del pescadito frito. Dicen que cuanto más fresco es el pescado, más rico está... pero se recomienda siempre congelar por motivos sanitarios. ¿Qué hacer? Yo lo congelo. Pero esa es una decisión que cada uno debe tomar por su propio riesgo. Al ser pescado frito, puede entenderse que no existe riesgo de infección pero igualmente, yo lo congelo.

El Aceite

El aceite que se usa para las recetas de pescadito frito es de oliva y si es virgen va a ser mucho mejor. Debe ser una aceite nuevo o que se haya usado para freír más pescadito a lo sumo. La temperatura debe ser de unos 180ºC y da lo mismo si se usa freidora o sartén. Lo ideal es que la cantidad sea suficiente para que el pescado pueda estar sumergido en su mayor parte. 

El Rebozado

El rebozado quizás sea  el punto que más diferencia este plato de las distintas regiones. Es un rebozado de harina únicamente, al menos en el caso del pescado. Cuando hacemos calamares o chopitos se suele usar huevo. Pero vamos a centrarnos en freír nuestros pescaditos. 
La harina que se suele usar no es la de repostería. Esa es demasiado fina, se usa una de grano un poco más grueso. En el supermercado encontrarás harinas especiales para fritura e incluso algunas son para freír pescado exclusivamente. Además en algunos lugares también la mezclan con una pequeña parte de harina de fécula de patata, sémola, maicena e incluso pan rallado. El pan rallado es lo que suelen usar precisamente en muchos restaurantes para darle ese toque tan crujiente. 
Últimamente es habitual el uso de la técnica de la tempura. Se trata de mezclar la harina con agua muy fría para conseguir una fritura a baja temperatura. No es muy tradicional ni típica en nuestros bares y restaurantes... pero va ganando terreno poco a poco. 

PREPARACION

1. Ya tenemos nuestro pescadito encima de la tabla. Lo primero es limpiarlo bien, si fuera necesario lo siguiente sería secarlo. Es muy importante que el pescado este seco, para eso podemos usar papel absorbente. Si ya lo tenemos seco ahora lo vamos a enharinar. Para ello y para ahorrar tiempo te aconsejo que pongas harina en un bol o en una bolsa (así lo he visto hacer en casa alguna vez), ponemos el pescadito dentro y vamos moviendo para que todo quede bien rebozado. 
2. Tenemos nuestro aceite caliente a 180 ºC o al 7-8 de la placa. Si vas a freír distintos tipos de pescado hazlo por separado. Primero el pescado blanco (bacalaillas, salmonetes, pescado de bahía...), después será el turno del pescado azul (boquerones, sardinillas, chanquetes...) y por último todo lo que sea chopitos, sepia, calamares, gambas... La razón es para no saturar de sabor el aceite. 
Ponemos el pescadito en cantidades pequeñas, no todo de golpe. Que estén sueltos y puedan flotar. Tenemos que tener preparado un plato o bandeja con papel. En cuanto veamos que el pescado está doradito lo sacamos y al papel. Y seguimos con el resto de la fritura. 
3. Una vez en la bandeja se les pone un puntito de sal y se sirven en la misma bandeja acompañados con limones. Se sirven inmediatamente, calientes y quemando.
Parece fácil... pero tiene su arte. Arte que espero poder perfeccionar a lo largo de los años pero del que aún no puedo presumir. 

Evidentemente es complicado conseguir el climax que supone estar sentado en una terraza tomando unas cañas, rodeado de amigos y ver como llega esa bandeja de pescaíto frito surtido. Ese olor a frito, a limón y a "buen rollito"... es casi como llegar al nirvana. 

¿QUÉ BEBEMOS?

Esta pregunta ofende. Ya sabéis lo que beber. 

ORIGEN

Al parecer esta costumbre de comer el pescadito frito es de origen sefardita. Los españoles de origen judío que habitaban el sur de España. Otras fuentes hablan de un posible origen musulmán. Las primeras referencias escritas datan del siglo XVIII de viajeros extranjeros que relataban sus experiencias gastronómicas por la costa andaluza. 

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miércoles, 11 de septiembre de 2013

COMO SE HACEN LOS PESTIÑOS, DULCE ANDALUZ

Los pestiños son uno de los dulces más tradicionales y ricos he comido nunca. Su sabor y forma son inconfundibles y pese a su nombre (un tanto galleguiño), son oriundos de Andalucía (también se elaboran en otras regiones como las Castillas). Yo aún no he tenido el gusto de poder prepararlos, los tengo en mi lista de pendientes, pero me han pasado una receta muy buena. Hace poquito pude probar unos que me trajo mi hermano y aunque no estaban recién hechos eran para empezar y no parar de comer. Son tan fáciles de hacer que seguro que antes de que termine el mes tendré una bandeja preparada.
Aunque suelen elaborarse para fechas señaladas como Navidad o Semana Santa, los puedes  encontrar todo el año en las pastelerías de Málaga entre otras localidades.



Vídeo receta paso a paso

INGREDIENTES 
  • HARINA DE TRIGO 1 Kg
  • 2 LIMONES
  • AJONJOLÍ (SEMILLA DE SÉSAMO)
  • MATALAHÚGA (ANÍS VERDE)
  • BICARBONATO
  • VINO BLANCO 1 VASO
  • ACEITE DE GIRASOL 1/2 L
  • ACEITE DE OLIVA SUAVE 1/2 L
  • AZÚCAR 
  • CANELA EN POLVO Y EN RAMA
Con estos ingredientes salen muuuuuchos pestiños. Si es la primera vez te aconsejo que los reduzcas a la mitad.

A COCINAR!!

1. Ponemos a calentar el aceite de oliva en una cazuela o cazo hondo. Pelamos los limones y nos quedamos con las pieles (no es ralladura de limón, es toda la piel). Cuando el aceite esté calentándose ponemos una cáscara, no hace falta que esté muy fuerte, no debe chisporrotear como si fueran croquetas. También añadimos una rama de canela. Consejo: para que la canela en rama te dure todo el año una vez abierta guárdala en un tarro de cristal. Añadimos dos cucharas de postre de matalahúga (anís en grano). Vamos a dejarlo así unos 5 minutos más o menos con cuidado de que no se queme la cáscara de limón.

2. Mientras, ponemos la harina tamizada en un bol grande. La mezclamos con el ajonjolí (unas cuatro cucharas rasas) y una cuchara de bicarbonato. Removemos y en el centro hacemos un agujero, es el "momento volcán". En ese agujero vamos a poner el vaso de vino blanco. Retiramos el aceite del fuego y le quitamos la cáscara del limón. Lo vertemos en el bol. Seguramente te hará un efecto como de burbujeo, el aceite debe estar recién sacado del fuego, no te asustes. Saldrá humo y se formará una espuma durante unos segundos. Hay que remover todo con una cuchara o espátula. Lo más rápido es usar las manos, pero con cuidado de no quemarte. La verdad es que no se pega nada y se puede amasar con facilidad.
Tened en cuenta que si la masa queda muy arinosa y no se compacta tendréis que añadir más aceite y vino hasta que tenga la consistencia que queremos.
No tienen que quedar grumos. La masa final será de color oscuro y muy manejable. La dejamos en el bol, le hacemos una cruz en el centro con un cuchillo y la dejamos reposar tapada con un trapo durante 20 minutos. Esto se hace para que suba un poco más. 

3. Pasado ese tiempo ya están listos para darles forma. Yo creo que de todo el proceso este es el más complicado porque se necesita un poco de arte o práctica. Pero como te sale masa para hacer muchos seguro que al final le coges el truco. Se trata de coger un trocito de masa, estirarla en forma de rectángulo o óvalo. De grosor como medio dedo (uno o dos centímetros), la cruzamos a lo largo como si cerrásemos una chaqueta con un botón presionando un poco para que se pegue un poquito más arriba que del centro. Así nos queda un extremo semicerrado y el otro abierto. No te van a quedar todos iguales no sufras. El tamaño es al gusto, hay quien los hace más grandes o más pequeños. 

4. Los vamos a freír en el aceite de girasol. Lo ponemos a calentar y también le añadimos la cascará del limón que nos quedaba y otra rama de canela. Lo dejamos unos minutos (debe estar a fuego medio alto), retiramos la canela, el limón y empezamos a freír. Ahora sí es una fritura normal, es decir debe burbujear bien. Para asegurarte que el aceite está en su punto échale un trocito de masa y cuando veas que comienza a freírse ya lo tienes listo. Mientras se fríen hay que darles la vuelta para que se doren por los dos lados. Los vamos secando y dejando en un plato con papel de cocina para que escurran el excedente de aceite. Puede pasar que al poner el pestiño en el aceite se te deshaga. Eso es porque no tiene suficiente harina. Añade más harina a la masa y no te pasará. Yo me volví loco la primera vez por ese fallo.

5. Ya solo queda ponerles el azúcar con canela. También hay quien los hace de miel. El azúcar y la canela en polvo se mezclan en un plato hondo, se coge el pestiño y se emborriza (reboza) en la mezcla. La proporción es un poco al gusto. Tienen que quedar bien cubiertos. Luego los ponemos en vertical sobre el plato para que con un par de golpecitos suelten el exceso de mezcla. Si fuera con miel solo tendríamos que ponerles un poco de miel por encima como si de sirope se tratara. 

PRESENTACIÓN 

Pues podemos poner un par de bandejas o platos, uno con miel y otro con azúcar y canela. Poco más hace falta para que los pestiños estén apetitosos. El aroma que desprenden es su mejor presentación.

¿QUÉ BEBEMOS?

Lo dulce siempre combina muy bien con lo amargo. El café sería lo más aconsejable. Pero si quieres tomar un vino dulce, anís o un licor de hiervas tampoco estaría mal En mi caso... café con leche, como siempre. 


ORIGEN

Es evidente que por los ingredientes podemos hablar de un dulce árabe. Con los años y tras la salida de los musulmanes nos quedaron sus tradiciones y sus dulces. La receta se refugió en muchos conventos donde hoy en día aun se prepara unos pestiños muy ricos. La tradición ha pasado de abuelos a nietos y hoy en día no podemos decir que sea un plato en peligro de extinción, sigue muy vivo y muy presente, por muchos años espero.

Ya tenemos nuestros pestiños preparados para comer. Veis que fácil y rápido? Si vais a prepararlos mandadme una foto y la pondré en una nueva sección en la que estoy trabajando.

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